lunes, 23 de noviembre de 2015

LA GRAN CENA DE GALA

Cuando alguno de nosotros somos invitados a una cena de gala, nos esmeramos por ir bien ordenados y perfumados; muy retocados nuestros cabellos, zapatos lindos y buenos accesorios, esto es lo que en la vida cotidiana hacemos: nos preparamos para el magno evento, para lucir regios y que nos sintamos acorde a la celebración que fuimos invitados, y en el mundo espiritual deberíamos estar vestidos de gala siempre, vestidos apropiados, buen calzado, buenas joyas, perfumados y gozosos.

¿Porque? Nuestro vestido espiritual es la salvación, calzado es la Palabra, El Evangelio que siempre debe estar junto a nosotros, las joyas → esa que Dios pasa agregando a su vida a través del crecimiento espiritual que el padre le va brindando para adornar y hermosear su vida, el perfume es el aroma de Cristo en usted para dar a otros, es la gracia y favor, y gozosos porque nos ha brindado lo más grande, la vida eterna. Y ahora a celebrar y a disfrutar.

 Pero ahora vamos a la Palabra, en el libro de Lucas 14:16-24
¨Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porqué os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena¨.


Esta parábola del Señor, nos da una gran lección, muchas veces nosotros los seres humanos tenemos la invitación abierta a la fiesta más grande y más hermosa y la despreciamos. ¡Su entrada gratuita y la llave por una eternidad!

Parábola de la fiesta de bodas:
Mateo 22:1-14 ¨Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: Él reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. Más ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; más los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Más él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porqué muchos son llamados, y pocos escogidos¨.  
***Interesante revisar el versículo 21 de Lucas 14***
21 ¨Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos¨.

Esto es un llamado de atención a nosotros sus hijos, el padre de familia es el Señor Jesucristo, hablándonos a nosotros sus hijos, salgamos a buscar en la ciudad, en los lugares públicos, calles de la nación, y hablemos a los pobres que son los que no conocen al Señor Jesús.
 A los cojos pues no tienen puesto los zapatos del Evangelio de la paz, a los ciegos, que tienen ojos pero no ven lo espiritual, y a los mancos, pues no han tomado nunca su poder.

Lucas 14: 22-23 ¨Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa¨.
 Y si en este día no hemos estado haciendo este trabajo de evangelismo, comencemos y prediquémosle a otros de Cristo, del que perdona, que restaura y salva.

Así nos encontramos muchas veces, sin hacer caso a su gran llamado, unos afanados por su trabajo, sin tiempo para servir al Señor, y otros en sus propios negocios.
Busquemos el Reino de Dios con ahínco y enseñémosle a otros a buscar el camino que nos lleva al padre.
  Hoy es un día que el Señor Jesús nos llama a la gran fiesta de gala, recibamos la invitación, es gratuita.

Miramos esta referencia es Lucas 14:12-14 ¨Dijo también al que le había convidado: Cuándo hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Más cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos¨.
Mire que importante estos tres versículos, Dios le da los pasos a seguir, que busque a los necesitados, a los que necesitan ser saciados, los que necesitan caminar por el camino de Cristo, para que no sean cojos más, que de apertura a los ciegos y le quite las vendas de sus ojos y puedan entender y comprender las verdades del Señor y Rey de la Salvación, invite a la fiesta y cena de gala del Gran Rey, para que reciban los invitados esa corona de vida por una eternidad.
  Ponía el Señor en mi corazón mientras escribía: cuando Él camino por esta tierra y fue crucificado, recibió una corona de espinas, pero a usted y a mí, nos da una corona de oro. Así es nuestro Jesús de tierno. Nos promete calles de oro y mar de cristal.

¡Que Jehová te bendiga y te guarde! ¡Que haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga misericordia! ¡Que Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz! ¡Bendiciones!

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