1. La del
País o Nación terrenal en donde Dios nos ha bendecido en nacer, la que, por
distintas circunstancias, hemos adoptado o adquirido de otros País o Reinos de
éste Mundo que nos ha acogido.
2. Y la más
importante, la ciudadanía del Reino Celestial que adquirimos al momento de
aceptar y confesar a nuestro Señor Jesús como nuestro Salvador y Dios,
convirtiéndonos así en parte del Pueblo del Reino más grande y perpetuo, cuyo
Territorio es nada más y nada menos que el “Universo infinito”; sus recursos y
riquezas son: “todo lo que existe”; Su Leyes nos han sido dadas a través de las
Sagradas Escrituras, o sea La Biblia; Su Ejercito no hay quien lo pueda
resistir, y cuyo Rey perpetuo es omnipotente, omnipresente, omnisciente,
omnisapiente, pero sobre todo es “Justo”, y es el mismísimo Hijo de Dios,
“Jesús de Nazaret o Jesús el Cristo”, y su Gobierno no tiene fin! (2 de Samuel
23: 2 al 5; Mateo 6:9 al 10; 1 de Pedro 2: 9 al 10; Romanos: 9 completo y 11
completo; Filipenses 3:20) nos confirman la existencia del Reino de Dios y la
adquisición de su ciudadanía, pero también nos describe y menciona parte de las
obligaciones que implica esa ciudadanía, ya que, igual que en la tierra, en el
Reino de Dios hay derechos y obligaciones!
Muchas personas desean adquirir ciudadanías de
otros Países o Reinos ya que los derechos sociales, económicos y/o políticos
son sumamente ventajosos, pero no saben que la más ventajosa y mejor en todas
las áreas, ¡es la del Reino de Dios! Los derechos que se adquieren con ésta
ciudadanía son invaluables en el área económica nos concede el derecho a ser
prósperos en todo lo que nuestras manos toquen o nuestros pies pisen; En lo
familiar que nuestros conyugues y descendencia sea de bendición y que nunca les
faltará nada porque nuestro Rey es el proveedor de todo; Nuestra seguridad está
garantizada porque El mismo Rey y Dios nos esconde en lo más secreto de su
presencia de toda conspiración del hombre y nos pone en su tabernáculo lejos de
toda contención de lenguas; En lo Social nos hace cabeza y no cola, nos
convierte en luz, en más que vencedores en todo y nos hace vivir confiadamente,
en paz y reposando en El! El problema es que muchísimas personas, e incluso
muchos cristianos, no saben o no están conscientes de la existencia de esta
ciudadanía y no la adquieren o no reclaman todos los derechos y ventajas que
esta implica!
Igualmente, el Gobierno de este Reino contiene
reglas u obligaciones y tiene una estructura de organización y/o
administración, que podemos estudiar en Efesios 1:17 al 23 y 4:11; 1 de Timoteo
3: 1 al 13; 4: 6 al 16 y 5; Colosenses 4:1; Romanos 12:1 al 21 y Romanos 13
completo.
Igualmente Cada País o Nación posee un Registro
Civil en donde se inscribe a cada persona para acreditar su existencia y su
ciudadanía y todos los hechos de esta, desde su nacimiento, ascendencia, estado
civil, hasta su muerte; igualmente en el Reino de Dios hay un Registro que es
llevado en el “libro de la vida”, en el que estamos inscritos los ciudadanos
del Reino de Dios y nuestros hechos, cuya existencia nos lo revela, confirma y
describe la Biblia en: Daniel 12:1; Filipenses 4:3; Apocalipsis 3:5, 21:27 y
22:19; Salmos 40:7 y 8; 139:16.
Es importante estar conscientes y saber que,
Igualmente en el Reino de Dios como en cualquier Reino terrenal, debemos
reclamar y ejercitar nuestros derechos ciudadanos, pero con la diferencia que
en el Reino de Dios no se hace a través de manifestaciones, marchas de protesta
o cartas dirigidas a los Gobernantes o Legisladores, si no que aquí se reclaman
a través de la Confesión y la Oración, declarando y reclamando como nuestras
todas las promesas de Paz, prosperidad, salud, gozo, victoria, bienestar, seguridad,
vida eterna, etc. que se encuentran registradas en la Constitución del Reino de
Dios que son Las Sagradas Escrituras, o la Biblia, que contiene la Palabra de
Dios y sus Promesas, porque solo los ciudadanos del Reino de Dios pueden
reclamar estos “Derechos” y ser beneficiados por estas “Promesas”, porque no
puede venir un ciudadano de otro Pueblo o Reino (extranjero) a reclamar los
Derechos y Garantías inherentes solo a los Ciudadanos!
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